Educación e impunidad
Motor de arranque Sergio Oliveira Salí a conducir en una aparentemente tranquila mañana de jueves. El hermoso cielo de Guadalajara parecía más radiante que nunca y la temperatura de noviembre hacía el día aún más agradable. De repente un conductor en una Estaquitas sale de una calle vecinal hacia una avenida y entra sin mirar, ni frenar, casi chocando con el auto adelante de mí, que “amablemente” le tocó el claxon cinco veces, en un tardío homenaje al 10 de mayo. No pasó de un susto, por fortuna. Seguí mi camino, aún relajado y de buen humor. A las dos cuadras, a alguien en un Aveo le pareció que el coche adelante de él circulaba demasiado lento y decidió que era hora de cambiar hacia el carril de la derecha y rebasarlo, naturalmente sin importar que en ese momento yo ocupara ese lugar. ¿Ya se dieron cuenta que hay conductores que piensan que las leyes de la física permiten que dos cuerpos ocupen el mismo lugar en el espacio al mismo tiempo? Un toque fuerte en el freno, un “volantazo...