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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Venció el corazón

Motor de arranque Sergio Oliveira Para la mayoría de las personas, este será solo un coche usado. Para los que entienden de autos, comprarlo es una locura. Pero para mí, fue una especie de señal. No sé si de la vida misma, de algo casi divino. Me gusta pensar que mi padre, quien nunca me dejó completamente pese a que ya no está con nosotros desde hace ya más de 50 años, fue quien me dijo que lo comprara. Pocos días después de haberlo comprado, aún no me lo creo. Lo miro en la cochera y pienso que es uno más de los autos de prueba que he tenido desde que empecé en esto, en el ya lejano 1997. Siempre fui un comprador de coches racional. Desde que pude hacerme de mis propios autos, me hice de lo que me parecía más inteligente, fiable, con buena reventa. Con dos honrosas excepciones, ambas de BMW: un 325 y una X1. Porque el corazón también debe ser atendido, de vez en cuando. Otra cosa que he hecho en los últimos 25 años, al menos, es comprar siempre autos nuevos. Financieramente no es

El último escalón antes de soltar el volante

Motor de arranque Sergio Oliveira La confianza es algo que se gana con el tiempo, pero se pierde en un instante. En este momento, la industria automotriz vive la transformación de los autos totalmente conducidos por los humanos, hacia los que serán 100% manejados por las computadoras. No será una transición sencilla. Requerirá no solo más desarrollo tecnológico del que existe ahora, sino que nos tomará a los que conducimos hoy en día, tiempo y esfuerzo mental para confiar en que el auto lleve a nuestro destino. Afortunadamente hay sistemas muy desarrollados que nos facilitarán hacer esa transición. El mejor de ellos me parece el Nissan ProPILOT Assist. Existen seis niveles de conducción autónoma hoy. Cero es el auto que depende totalmente de los humanos. El 1 es el que cuenta con al menos un sistema de ayuda a la conducción, como el control de crucero. El sistema 2 es el paso más avanzado en la dirección de la conducción sin piloto sin llegar a eso. Ya se cuenta con las asistencia

México ama a los autos chinos

Motor de arranque Sergio Oliveira Las redes sociales juran que los autos chinos son malos. Los llenan de adjetivos fuertes para descalificarlos, casi siempre basados en la experiencia del “amigo de mi primo” que tuvo un problema no resuelto o del “influencer” que suena más creíble porque habla mal, aunque no tenga argumentos sólidos. Pero la realidad es que México ya es el segundo mayor destino de exportación de vehículos chinos, solo por debajo de Rusia. Y para que se tenga un idea de la fuerza de los orientales, solo en 2022 los chinos abrieron 487 agencias en ese país, a pesar de la guerra vs Ucrania. Y a los mexicanos les gusta más los autos chinos que los de cualquier otro país. Durante los siete primeros meses de este año, nuestro país importó 55,208 vehículos de Estados Unidos. En 2022 fueron 99,009 que llegaron del vecino del norte. De Brasil, a julio de año, vinieron 65,609 autos y el año pasado fueron 101,604 unidades. Pero de China ya llevamos 131,383 unidades, lo que mue

La huelga estadounidense que amenaza a México

Motor de arranque Sergio Oliveira En septiembre de 2008, las tres grandes marcas fabricantes de autos en Estados Unidos estaban en muy mal estado. Fabricaban más de lo que podían vender y para lograr un cliente para sus vehículos -considerados por muchos consumidores como inferiores a los extranjeros, principalmente japoneses y alemanes- tenían que dar elevados descuentos. General Motors, la mayor de ellas, declaró más tarde que en ese año perdió 85 millones de dólares por día. Cada auto vendido representaba una pérdida de 3.700 dólares. La empresa no cerró porque habían intereses políticos y el entonces presidente, George W. Bush, declaró en 2012 que liberó 17.4 mil millones de dólares en diciembre de ese año, para evitar que la tasa de desempleo en el país llegara a 21%. Varios analistas dijeron entonces que muy buena parte de esas pérdidas venían de los pagos de pensionados, gente que tenía más de 20 años sin producir, pero que aún recibía dinero y gastos médicos de las empresas,