Venció el corazón
Motor de arranque Sergio Oliveira Para la mayoría de las personas, este será solo un coche usado. Para los que entienden de autos, comprarlo es una locura. Pero para mí, fue una especie de señal. No sé si de la vida misma, de algo casi divino. Me gusta pensar que mi padre, quien nunca me dejó completamente pese a que ya no está con nosotros desde hace ya más de 50 años, fue quien me dijo que lo comprara. Pocos días después de haberlo comprado, aún no me lo creo. Lo miro en la cochera y pienso que es uno más de los autos de prueba que he tenido desde que empecé en esto, en el ya lejano 1997. Siempre fui un comprador de coches racional. Desde que pude hacerme de mis propios autos, me hice de lo que me parecía más inteligente, fiable, con buena reventa. Con dos honrosas excepciones, ambas de BMW: un 325 y una X1. Porque el corazón también debe ser atendido, de vez en cuando. Otra cosa que he hecho en los últimos 25 años, al menos, es comprar siempre autos nuevos. Financieramente no es...