¿Quién está matando al VW Golf?
Motor de arranque
Sergio Oliveira
Alemania dejó de fabricar el Vocho en 1974. Lo hizo porque el mercado ya no quería el auto que nació con la marca, pero se había hecho obsoleto. En su lugar puso el Golf, que al contrario de lo que muchos apostaban, terminó siendo mucho más exitoso que su antecesor, vendiendo más de 27 millones de unidades y firmándose como el tercer vehículo más vendido de toda la historia, solo por debajo del Toyota Corolla y de la Ford-150, pero bastante arriba del Vocho que vendió poco más de 23 millones. Sin embargo, es muy probable que el exitoso Golf ya no tenga una nueva generación después de la actual. Sí, habrá un facelift del auto que fue lanzado en 2019, pero si después de eso habrá lugar para una nueva generación, está por decidirse, como declaró a principios de agosto pasado Thomas Schäfer, el Jefe Ejecutivo de la marca. Como siempre se trata de una decisión de negocios y VW está estudiando si el dinero invertido para desarrollar una nueva generación tendrá buenas posibilidades de generar retorno o no. Al igual que con el Vocho, el mercado está diciendo que no al Golf, que en 2021 dejó de ser fabricado para Estados Unidos, por ejemplo, mientras que a México nunca llegó en la generación actual. ¿Es la voluntad del consumidor la única culpable por la posible muerte del Golf?
Por supuesto que no. De hecho, en Alemania el Golf siguió siendo el auto más vendido hasta julio pasado, aunque con una pobre participación de mercado de tan solo 3.4%. Pero en otros países europeos, como Suiza y Eslovenia, la Tiguan es la líder y esto nos muestra otro culpable por la muerte de los hatchbacks compactos: los crossovers.
El vehículo que popularizó los deportivos utilitarios, conocidos como SUV por sus siglas en inglés, fue la Ford Explorer, que no inventó el segmento, pero sí lo llevó del campo a la ciudad. Basada en una plataforma de chasis tubular, la Explorer fue responsable por el inicio de esa fiebre que contagió al mundo como una pandemia de la que aún no salimos.
La esperanza de la escasa electricidad
El crecimiento de la popularidad de esas camionetas hizo que el mercado entero se lanzara hacia ellas y todas las marcas tuvieron que adherirse a esto. Como no era realmente rentable hacer vehículos chicos con chasis tubular, que es más pesado e inestable, aparecieron los crossovers, mejor dicho, la gente comenzó a buscarlos cada vez más, aunque no tuvieran ese nombre. El que es considerado el primer crossover es el AMC Eagle de 1979, aunque también hay los que piensan que ese honor cabe al Matra Rancho de 1977. Pero así como la Explorer se encargó de que el mundo se enamorara de las SUV, la que hizo lo propio con los crossovers fue la Toyota Rav 4 de 1994. La primera vez que yo escuché el término, sin embargo, fue con la Pacifica (no la minivan de hoy en día) en 2004. Chrysler explicaba que la palabra definía un vehículo que estaba entre un auto y una SUV. El hecho es que hoy los crossovers dominan al mundo y son uno, si no el principal, enemigo del Golf, mejor dicho, de los hatchbacks.
Pero también las autoridades tienen su gran parcela de culpa, al estar imponiendo a los mercados los vehículos eléctricos como si fueran la salvación del planeta. Este es otro de los motivos para que los productos de menor demanda desaparezcan, la necesidad de las marcas de concentrarse en los autos que generan más dinero, para financiar sus desarrollos de vehículos eléctricos, que serán obligatorios en Europa a partir de 2030 y en California (y cerca de 15 estados más) a partir de 2035. Claro, esas fechas pueden cambiar y yo soy de los que creo que sí cambiarán al tropezarse con la realidad. Porque hoy mismo vemos que en Europa la crisis de energía eléctrica ha obligado a las ciudades a apagar la iluminación nocturna de sus monumentos y a los establecimientos en general a ahorrar energía. ¿Cómo le harán para incentivar la compra de los vehículos eléctricos, cuando te piden que te bañes más rápido para ahorrar energía?
Sí, el deseo por las camionetas y el empuje por los eléctricos están intentando matar el Golf, pero la realidad de un mundo incapaz, aún, de generar suficiente electricidad, puede darle una merecida sobrevida.
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